Tú, mi amor, te escribo la mas bella poesía, eres todo lo que me hace soñar, y cuando escucho la canción mi mente vuela para ir a tu encuentro, y sueño que escuches mi corazón cuando late fuertemente cada vez que sueño en ti.
Siempre soñaré que estoy contigo, tú me haces escribir poesías sueltas que nacen de un corazón enamorado. Tú y tus atenciones hacen que todo mi ser quiera estar contigo, amándote, sintiéndote, deseando que sientas fuertemente este amor...
Te lo digo por todos mis costados, tu amor es todo cuanto sueño, y mis palabras no serán las de un poeta, sino sólo las letras de un hombre enamorado de ti.
Mi amor, sólo deseo saber que me amas, más allá de todas las distancias, quiero y necesito saber que por ti soy nombrado, que tu corazón me pertenece, que soy yo el que siempre hace que tus días sean más alegres y me ames como todo lo que soy, nada especial, nada de perfecciones, sólo soy quien te sueña y te desea, anhelando estar a tu lado, amándonos los dos.
Cada momento es diferente, hoy por ejemplo, mis letras tienen otro tono, tienen el tono de un hombre que ama en todas las dimensiones. Mi teclado hoy escribe de otra manera, escribe de una esperanza, de un nuevo porvenir, de un futuro. Miro, suspiro y no estas junto a mí, ya vez mi amor que cada poesía de amor tiene unas letras distintas...
Así quiero amarte yo. De tanto que te he escrito a veces ya no sé lo que me queda por escribir, pero cuando me paro y lo pienso me doy cuenta de que por muchas letras que escriba, por muchas noches que no duerma, por mucha lágrimas que gaste nunca existirán letras suficientes para explicar todo lo que hay dentro de mi, para expresar el sentimiento de cada instante amándote.
No, no hay letras en el mundo ni palabras tan bellas, que llenen mi corazón con la satisfacción de haber mostrado en cada palabra, párrafo o poesías completa lo dentro que te llevo. Habitas en mi corazón desde el día en que te conocí. Amor mío... sé que existes... que estás ahí... y te vea o no... Siempre te siento...
Por eso... y a pesar de tanto que te he escrito, sé que siempre habrá palabras para ti mi amor... tu ángel de la vida.
Soy un joven solitario y que vive enamorado y en carta escribo lo que siento.
El día que te conocí me invitaste a formar parte de tu circo, lo llamabas Champs Eliseé Circus, era extraño, pues en el estabas tú. Empecé por el trapecio, todo me parecía genial, pero conforme iba pasando el tiempo, comprendí el verdadero significado del circo.
Cada vez que subía al trapecio y caminaba por la cuerda floja, era la forma en que iba mi vida a tu lado, ¿imaginas lo que es caminar solo por la cuerda floja y sentir las miradas sobre ti? Parece fácil, pero es toda una proeza, ir solo por el sendero sin ayuda y tambaleándose, así que comparo mi vida con eso, pues el amarte es "amar a ciegas", caminar sin orientación.
Cuando el mago representabas, me inspirabas una gran confianza, pues un mundo lleno de ilusión y fantasías creabas y creía que nada malo pasaría, pero cuando abría los ojos solo podía ver eso, una ilusión de un mundo lleno de tus fantasías.
Algunas veces eras el domador y por raro que parezca, yo era la fiera a la que tenías que domar, pero una y otra vez me decías que conmigo no podías, pues a la defensiva siempre estaba, así que por tu cobardía al acto renunciabas.
Mientras yo entre mi pensaba, que mientras el valor no encontraras yo no podía hacer nada, pues si ambos bajo confusión actuábamos esto no funcionaría, como puedes ver la fiera estaba domada, solo que tú no sabías como acercarte. El número que representaba una y otra vez y que no me gustaba, es la del payaso.
Al parecer a ti te fascinaba. Imagina, yo, ahí de pie, siendo todo un espectáculo para ti. Me frustraba, pues solo eso era para ti, parte del show. Realmente quiero ser parte de Eliseé, pero no de esa forma, tantas veces he querido renunciar a esto, pero vuelvo a subir a la cuerda floja y en otras ocasiones me veo en tu mundo de ilusiones, caminando en el y recuerdo que yo soy parte de ti, por que yo entre ahí.
Si el domador no puede con la fiera, tal vez ella no volverá a su jaula y una noche escapará para jamás ponerse el traje de payaso...
Cada vez que subía al trapecio y caminaba por la cuerda floja, era la forma en que iba mi vida a tu lado, ¿imaginas lo que es caminar solo por la cuerda floja y sentir las miradas sobre ti? Parece fácil, pero es toda una proeza, ir solo por el sendero sin ayuda y tambaleándose, así que comparo mi vida con eso, pues el amarte es "amar a ciegas", caminar sin orientación.
Cuando el mago representabas, me inspirabas una gran confianza, pues un mundo lleno de ilusión y fantasías creabas y creía que nada malo pasaría, pero cuando abría los ojos solo podía ver eso, una ilusión de un mundo lleno de tus fantasías.
Algunas veces eras el domador y por raro que parezca, yo era la fiera a la que tenías que domar, pero una y otra vez me decías que conmigo no podías, pues a la defensiva siempre estaba, así que por tu cobardía al acto renunciabas.
Mientras yo entre mi pensaba, que mientras el valor no encontraras yo no podía hacer nada, pues si ambos bajo confusión actuábamos esto no funcionaría, como puedes ver la fiera estaba domada, solo que tú no sabías como acercarte. El número que representaba una y otra vez y que no me gustaba, es la del payaso.
Al parecer a ti te fascinaba. Imagina, yo, ahí de pie, siendo todo un espectáculo para ti. Me frustraba, pues solo eso era para ti, parte del show. Realmente quiero ser parte de Eliseé, pero no de esa forma, tantas veces he querido renunciar a esto, pero vuelvo a subir a la cuerda floja y en otras ocasiones me veo en tu mundo de ilusiones, caminando en el y recuerdo que yo soy parte de ti, por que yo entre ahí.
Si el domador no puede con la fiera, tal vez ella no volverá a su jaula y una noche escapará para jamás ponerse el traje de payaso...
Este escrito es uno de mis favoritos, pues lo escribí cuando en medio de una gran confusión estaba, amar a quien no te ama, pero en medio de su mundo eres la persona en quien más confía, su gran amiga, eso es lo que fui y siempre lo seré.
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