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CON CARIÑO PARA TI.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

CARTA DE AUXILIO DE UNA AMIGA, SU NOVIO SE QUITÓ LA VIDA.




Mientras descansaba en casa sonó el teléfono, era mi amiga que llorando me decía que estaba con muchos problemas.
Quedé muy preocupada y con una gran interrogante así 
que fui a visitar a mi amiga, su novio se quitó la vida de una forma cobarde. 
Al estar allí me puse a pensar en lo difícil que te puedes poner la vida cuando sencillamente dejas de ser positivo, es tan fácil decir: ¡Ya no puedo!... ¡Qué sentido tiene todo!... Y rendirse…
Y es que me conmueven tanto estas circunstancias, pues en muchas ocasiones me he olvidado de las cosas hermosas que tiene la vida, de levantarme en las mañanas y ver al otro lado a mamá, la luchona, la que no se ha rendido ante las inclemencias de tiempos duros del pasado, a los angelitos de mi vida, mi hermanito Pepe y a mi hermanito Alex, de saber que tenemos salud, un trabajo digno, eso es lo que vale realmente de la vida…
No el tener un coche del año, la mejor casa en una zona exclusiva, eso quizá te hagan feliz, pero no son la verdadera felicidad que uno necesita para satisfacer ese vacío que dejan esas cosas, las materiales, no hay nada mejor en saber que en casa tienes lo más valioso, el tesoro del amor, de la amistad, de la comprensión, de la lealtad...


¿No vale la pena vivir por esos detalles hermosos de la vida?, para que quitarte el privilegio de vivir, sí aun podrás disfrutar de cosas bellas, sí aún viene lo mejor... Si por algún momento pasa por tu mente algo así, recuerda, por favor, que hay gente que te ama y que sufrirá si te ausentas para siempre... Reflexiona en este detalle y valora el regalo que Dios te ha dado, como la diversidad de todo lo natural, bellísimos bosques, flores de aromas, colores y formas preciosas.


Una hermosa fauna marina con una diversidad de especies maravillosas.
Una fauna compuesta con toda la diversidad que uno no puede imaginar quedando sorprendido de su belleza.
El rocío de la aurora y el aire fresco del amanecer que oxigena y le da vida a nuestro ser.
Los rayos del sol que le dan calor y luz a nuestros días.
Los hermosos atardeceres que invitan a meditar, soñar y al romanticismo.
La noche parece una fiesta con tanta maravilla en el cielo donde los astros parecen danzar con sus movimientos titilando y brillando para el deleite de quienes se dan el tiempo de observar y admirar.
Dios nos ha dado la vida y a puesto grandes sentimientos en nuestro interior; como son el amor a la vida, a la humanidad y a los seres que nos rodean.
Si alguien porque tiene problemas o piensa que no tiene salida y se le vienen pensamientos drásticos y dramáticos, como quitarse la vida como solución es que no se han dado el tiempo de conocerse a si mismo, de aprender lo que realmente es el amor y sus complementos.


En los momentos difíciles hay que dejar el orgullo de lado y buscar ayuda y amor en los seres que amamos y nos aman y principalmente en Dios, quien siempre está al lado de los afligidos y necesitados, solo hay que dirigirse a Él, con fe y dejar que actúe en el corazón.
Lo mas bello es la vida, solo hay que aprender a vivírla y eso se aprende adquiriendo conocimiento y aprendiendo de los errores.
Abre los ojos y mira todo lo que esta a tu alrededor y verás lo bella que es la vida.





miércoles, 14 de septiembre de 2011

LA TRISTE Y DOLOROSA HISTORIA VIVIDA POR ISABEL UNA ADOLESCENTE DE 15 AÑOS.









Esta es la historia de una joven la cual tuvo una vida muy dura y después de tantos años vuelve a encontrar la paz que tanto le faltó durante parte de su vida. En el año 2010, esta joven llamada Isabel teniendo 15 años creía estar enamorada de un joven mucho mayor que ella, él se llamaba Emmanuel tenía 24 años aunque él sabía que estar con Isabel era un error su corazón le decía que en ella había encontrado el amor o creía que ella cambiaría su vida para siempre, de hecho, lo hizo, pero no de la manera que él se imaginaba.
Se conocieron un día de lluvia, iban solos caminando cada uno por su lado, pero el destino unió sus caminos de una manera muy inesperada. Él caminando sin rumbo, ese día había perdido un familiar muy querido, iba llorando desconsoladamente y ella con su inocencia se paró frente a él y le tendió su mano invitándolo a caminar en su compañía, él aceptó y sin razones la abrazó, el amor que se encontraba en el aire los había unido, sintieron una magia que nunca habían sentido el bichito del amor los había picado.
A partir de ese encuentro nunca más se volvieron a ver, pero un día el destino los volvió a unir, Isabel se lo encontró en la escuela, al parecer este hombre había entrado a trabajar allí de profesor de historia, ella sorprendida al verlo va y lo saluda, Emmanuel se sorprende al verla pero le agrada ese reencuentro.
Desde ese momento, la vida de ambos empezó a cambiar, creían estar enamorados, pero había algo de esa relación que no era correcto, y eso era que él estaba casado y vivía con su mujer, a Isabel no le gustaba nada compartir a Emmanuel con otra, pero el amor pudo más. Un día Emmanuel le plantea a ella que quiere que se vean fuera de la escuela, él le pide que se ratee para poder llevarla a su casa, ya que por la mañana su mujer no se encontraba allí.
Ella acepta su invitación y va a la casa, en este lugar ella pierde su virginidad, toda su inocencia se estaba yendo, ella estaba creciendo.
Después de ese acto que cometió Emmanuel dejó de hablarle, ella llorando desconsoladamente buscó reparo en sus amigas, ellas no saben qué hacer porque no pasaron por lo mismo que Isabel. El susto ahora era mayor, Isabel tenía un atraso, su vida estaba cambiando porque una nueva vida estaba creciendo dentro de su cuerpo de 15 años.



El día que se confirmó su embarazo ella corriendo va a contarle a
Emmanuel que un hijo iba a tener, pero él al recibir la noticia se va sin decirle una palabra. Isabel ahogada en llanto les cuenta a sus padres la noticia, ellos enojados y decepcionados de sus actos deciden que lo mejor iba a ser que se vaya, que abandone su casa porque ellos no querían saber nada con la noticia que su hija les había confesado.

Ella sin lugar a donde ir decide pedir ayuda a sus tíos, ellos la reciben y le dan todo su apoyo. Todo su embarazo lo pasó muy mal, tuvo pérdidas que ponían en riesgo su vida y la vida de su bebé que todavía sin nacer ella amaba desconsoladamente.
Llegó el día en que iba a dar a luz a su pequeño bebé, Emmanuel aparece después de nueve meses y le pide, por favor, que no le diga a nadie que este bebé era suyo, porque no quería que su mujer se enterara que estuvo con otra y mucho menos que iba a tener un hijo, prometió estar presente pero entre sus palabras se oía que desde ya se encontraba ausente. Isabel tuvo a su bebé, ansiosa por verlo los directores del hospital le informan de que su bebé había sido robado, ella desesperada busca y llama a Emmanuel, este no contesta ni aparece, lo cual suponía que él se había llevado a su hijo.
Cuando salió de la clínica lo primero que hizo fue buscar a Emmanuel, él desapareció, en su casa ya no vivía más, no tenía donde buscarlo, así que hizo la denuncia por la desaparición de Thiago Luciano Suárez, su pequeño bebé que aún no pudo tener en sus brazos.
Su búsqueda empezó a ser la razón de su existir, ese hijo que había tenido había cambiado su vida, pero el no tenerlo era aún más desesperante, con sus 15 años ella emprende un viaje del que nunca volverá hasta no encontrar ese pequeño ser que tanto cambió su vida y que sin él, ella no tiene razón para vivirla.
Emmanuel, era el responsable de la desaparición de Thiago, él fue quien lo sacó de los brazos de su madre para darlo en adopción a una familia que vivía en el sur, la razón de su actuar fue que tenía miedo que su mujer y toda su familia se enterara que estuvo con una chica mucho menor que él y mucho más miedo le daba era que se descubriera que juntos habían tenido un hijo.
Igualmente su cobardía era lo que más lo hacía sentir mal, después de abandonar a su propio hijo la angustia lo estaba consumiendo, esa desesperación por esconderse lo hizo caer en una depresión que sólo él entendía, pero su familia aún no comprendía porque se quiso mudar con tanta rapidez, él se encontraba en el sur también, pretendía que Isabel nunca lo encontrara porque presentía que ella ya se había dado cuenta que él había sido el responsable de la desaparición de Thiago.
Isabel, no paraba de buscarlo pero siendo menor era muy difícil que las autoridades la escucharan, sus tíos como no eran sus tutores legalmente tampoco la podían ayudar así que no le quedó otra opción que ir en busca de la ayuda de sus padres, después de tantos meses sin establecer contacto el miedo que nacía en Isabel era indescriptible, ella tenía miedo que no la quisieran ayudar pero eso no pasó, es más todo lo contrario ellos se mostraron dispuestos a ayudarla y le pidieron perdón por haberla echado así aquella vez cuando ella les dio a conocer su embarazo.
Los padres de Isabel contrataron una abogada amiga para poder buscar a Emmanuel ya que casi no había dudas que él se lo había llevado.
El tiempo pasaba, Thiago crecía junto a una familia que no era la suya, sin saber que toda su verdadera familia lo buscaba sin descanso.
En cambio, Emmanuel pensaba que era lo correcto, sin detenerse a razonar que no era así, el mejor lugar para Thiago era estar junto a su madre Isabel que por su culpa ella estaba sufriendo la ausencia de su pequeño hijo.

Pasaban las horas, pasaban los días, pasaban los meses los años sin tener noticias de Thiago, a pesar de todo Isabel no perdía las esperanzas de que algún día iba a encontrar a su hijo. Llegó el día del reencuentro con Emmanuel, él fue capturado por la policía en un comercio del sur y fue trasladado hacía Buenos Aires. Allí se reencontró con Isabel ella sentía todavía aprecio hacia él, hasta el momento que confesó que él había sido el responsable de todo, a partir de ese momento Isabel borró todo sentimiento que podía sentir dentro de su corazón.
A pesar de que Emmanuel confesó la verdad, no sabían dónde estaba Thiago porque cuando lo dejó, no se preocupó por averiguar a donde lo llevaban, él lo dejó y no supo más de él. Isabel cada vez se sentía peor, por eso pidió hablar con él a solas para preguntarle por qué le arrancó de los brazos a su hijo, por qué regaló a su propio hijo, ella se preguntaba eso todos los días y a cada hora, tuvo la oportunidad de preguntárselo pero él, sólo decía que por miedo.
La justicia no pudo hacer nada en contra de él, porque por más que allá confesado, quieran o no tenía derechos porque era el padre y no lo pueden juzgar por ello. Los que sí hicieron fue meterlo preso con fianza por haberle mentido y arrebatado el hijo a la madre, pero su fianza fue pagada y él quedó en libertad. Isabel después de estas noticias estaba indignada, no podía creer que después de lo que hizo estuviera tranquilo como si nada.
Una mañana, Isabel estaba saliendo de su casa cuando de repente Emmanuel, la espera en la esquina para decirle lo muy arrepentido que se encontraba y que quería ayudarla a encontrar a Thiago, porque en definitiva también era su hijo. Isabel acepta la ayuda aunque no lo perdona y le aclara que una vez que lo encuentren él no iba a tener el derecho, de parte de ella, para ver a Thiago.
Emmanuel acepta sus condiciones porque no siente la necesidad de verlo, porque nunca quiso tener ese hijo, y menos ahora que su matrimonio se había destruido a causa de todo lo pasado, su mujer se enteró y no pudo perdonarlo, él siente que la vida no tiene sentido ya, pero quiere reconstruirla, aunque se siente culpable por haber hurtado el bebe y haberlo dado en adopción sin la autorización de la madre y siente que eso no lo va a dejar dormir en paz, por eso tomó la decisión de ayudar a Isabel a encontrar a ese nene ya de 3 años.
La búsqueda es cada vez más profunda, Isabel está con más esperanzas que nunca, ella estaba segura de que iba a encontrar a su hijo. Isabel y Emmanuel, se sentaron un día y hablaron claramente, ella le confesó que estuvo muy enamorada de él y le planteó que no comprendía por qué hizo semejante cosa, él en cambio le confesó que sintió algo fuerte por ella pero que no era más que algo pasajero,
también le dijo que después de haber hecho el amor con ella entendió que esa relación era algo imposible algo que no estaba bien por eso decidió terminarla pero que ese hijo arruinó todo, ella en cambio le decía que Thiago había cambiado su vida, pero, para bien porque verdaderamente lo amaba como nunca va a volver a amar y le recriminaba que por su culpa ella no lo tenía y que sentía un vacío inmenso. Emmanuel se quebró y empezó a llorar como nunca había llorado en su vida, su arrepentimiento Isabel lo sentía pero eso no era suficiente para perdonarlo. 
Una llamada impacta a Isabel, al parecer su hijo había sido sacado del país y la abogada le explicó que ahora era casi imposible de encontrarlo y más imposible era ya que Thiago fue adoptado ilegalmente lo que quiere decir que no había registros de quien lo adoptó y mucho menos donde lo llevaron. Isabel se sintió devastada esta noticia la abrumaba, el pensar que nunca volvería a ver a su pequeño hijo, la hizo odiar mucho a Emmanuel.
Éste, se sintió muy culpable y no se lo pudo perdonar, tuvo tres intentos de suicido hasta que lo logró, él dejó una carta explicando cada uno de sus sentimientos:



Isabel:
Sé que esta carta es en vano porque vos nunca me vas a perdonar lo que te hice, de hecho, ni yo logro perdonarme por eso hago lo hago fui muy estúpido al pensar que ese hijo me arruinó la vida. No me voy a cansar de pedirte perdón aunque sé que nunca lo voy a tener yo te lo sigo pidiendo, perdón.

Aunque no me creas te quise mucho y tuve mucho miedo al pensar que mi vida cambiaría con ese hijo que no buscamos, yo admito que siempre soñé con tener un hijo pero no así, y menos con vos, porque eras una nena, bueno sos una nena todavía para mí, una nena madre eso es lo que más me duele que te arruiné la vida, vos no tenías la culpa de nada, yo te incité a que hicieras lo que hiciste a que te jugaras por mí, pero yo como te darás cuenta no valía ni valgo la pena.
Perdóname por todo, te pido perdón por haberte robado la adolescencia, la vida y a nuestro hijo, no me canso de decirte que me perdones aun te sigo queriendo aunque no me lo creas, te deseo una vida llena de felicidad y ojalá que logres encontrar a Thiago

Muchos besos perdóname. Emmanuel.

Isabel no paraba de leer esa carta que tanto la impactaba, aunque ella lo odiaba algo en su interior decía que a pesar de todo lo perdonaba, pero aún no lograba decirlo en vos alta porque perdonar a la persona que te robó lo que más amas es muy difícil de aceptar, pero ella sintió que verdaderamente se arrepintió por eso se suicidó pero también lo veía como un cobarde por quitarse la vida así, y las ganas de perdonarlo se iban cada vez que lo pensaba de esa manera.

Ella se resignó a encontrar a su hijo, aunque en su interior una gotita de esperanza quedaba. Empezó a rearmar su vida, los años pasaban, Isabel logró formar una familia, esa familia que tanto deseaba.
Fue mamá por segunda vez y ese hijo le llenó parte del vacío que sentía por perder a su pequeño bebé años atrás, tuvo una nena a la que llamó Isis Luciana Benítez.

Esta hija que tuvo, con su marido Esteban, llenó mucho su vida aunque pasaron 15 años de la desaparición de Thiago la investigación todavía seguía aunque casi nadie tenía conocimiento de ello. Una noche llaman a la casa de Isabel y le dan la noticia de que encontraron a Thiago, ella sorprendida abrazó a su marido y le dio la noticia, él lleno de felicidad la llevó al lugar del encuentro.
Cuando llegaron, se encontraron con un adolescente llamado Lucas, Isabel lo abrazaba y no podía creer que al fin lo había encontrado, al parecer Thiago vivía en una familia de mucho dinero y no le faltaba nada, mucho menos cariño, como era pensado Thiago no creía mucho lo que le decían y pedía a gritos que se quería ir con su familia, que para él Isabel no era su mamá y le pedía perdón, pero él decía que no tenía la culpa que los hayan separado, él era solamente un bebé que fue robado de las manos de su madre y fue dado en adopción a otra familia, y aunque a Isabel le duela Thiago es su hijo de sangre pero no del corazón, para él, ella es una completa desconocida.
Isabel lloraba a mares y decía ¿por qué me pasa esto? ¿Por qué te arrancaron de mis brazos? Thiago, hizo algo que la calmó, le dio un fuerte abrazo y le dijo que a pesar de todo él la iba a seguir viendo pero que no pretendiera que la llame mamá porque él ya tiene una mamá y aunque duela esa es la verdad.
Isabel logró encontrar a su hijo, pero lamentablemente el bebé que perdió, creció y le dio a entender que la quiere seguir viendo pero que para él nunca va ser su mamá, esto a Isabel le dolió mucho pero logró salir adelante con la fuerza que le daba su pequeña hija de 3 años, ella si la llamaba mamá y eso a Isabel la llenada de felicidad.
La vida le dio golpes pero un día supo recompensarla, aunque sufrió mucho también tuvo muchas oportunidades de reír, aunque el destino le jugó una mala pasada también supo llenar esos espacios vacíos que llevaba en su interior. Cuando cometes errores, los errores se te vuelven en contra, Isabel cometió un error muy grande que fue enamorarse de un hombre prohibido, este hombre llamado Emmanuel arruinó parte de su vida por la cobardía que lo rodeaba, por la maldad que tuvo al arrancar a un bebe recién nacido de las manos de su madre.
Y aunque Isabel nunca lo perdonó, tampoco entendió las razones de sus actos, ese bebé que le cambió la vida la hundió en un profundo dolor al perderlo, que hasta el día que muera llevará en su corazón; a pesar de que ahora tiene razones para vivir, ese dolor no la deja dormir, ojalá algún día Isabel pueda salir de ese profundo dolor que le causó ese hombre que tanto la lastimó, ella es fuerte y va a poder salir, la fuerza que ella tiene nadie la logrará sentir, ella es una verdadera luchadora, luchó contra el mundo cuando estaba en su contra y logró ganar batallas que nadie sería capaz por eso y mucho más Isabel tiene que dormir en paz.

Ojalá todos lleguen a reflexionar de la misma manera que yo reflexioné
Colaboración de Pala

Al publicar esta historia de vida, es con el propósito de llamar a reflexionar y que sirva de enseñanza para las(os) adolescentes, que ante las decisiones difíciles siempre hay que poner en una balanza los pro y contra de cada acción y decisión  que se tome, para no vivir hechos lamentables a futuro.
El camino de la vida está creado por etapas y tiempos, y son etapas que hay que vivir y disfrutar al máximo, porque cada etapa que se pasa ya no tiene regreso y una de las etapas mas hermosas son la infancia y la adolescencia, y lo ideal es que nadie pierda lo hermoso que es vivir cada etapa.
Los padres tienen el deber, la experiencia que les a dado la vida, y el amor para apoyar a los hijos cuando ellos, por cualquier circunstancia, hayan cometido errores,  se sientan desvalido, desorientado, o desamparados, mantener siempre un diálogo afectivo, no interrogativo, dando la confianza al adolescente a desahogarse y sentirse amados, y sientan la seguridad y certeza de confiar en los únicos que deben confiar que son sus padres.
Todos los seres humanos cometimos errores, unos mas otros menos, unos mas graves, otros mas leves y aún así Dios nos perdona y nos da la oportunidad de corregir y arrepentirnos manteniendo siempre las puertas abierta para entregar su amor.

A todas(os) los que estén pasando por momentos difíciles, crean y tengan fe en Dios quién con su gran amor protege y calma el dolor de los afligidos solo abre tu corazón y dile que el haga su voluntad porque Él conoce lo que sucede con cada ser.



EL ESPACIO DE AMOR.: HERMOSOS DISEÑOS CON PENSAMIENTOS POSITIVOS, ALIEN...

EL ESPACIO DE AMOR.: HERMOSOS DISEÑOS CON PENSAMIENTOS POSITIVOS, ALIEN...: Cuando caminamos por la vida nos damos cuenta que si nunca lloramos no sabriamos que es tristeza, si nunca caemos jamás aprenderemos a ...

viernes, 9 de septiembre de 2011

viernes, 2 de septiembre de 2011

EL SECRETO DE MI PADRE. VIVENCIA DE JOSÉ ROBERTO




El cartero le extendió el telegrama. José Roberto le agradeció y, mientras lo abría, una profunda arruga surco su frente. Una expresión de sorpresa más que de dolor.
Palabras breves y precisas:
“Tu padre falleció. Entierro 18 horas: Mamá”.
José Roberto continuó parado, mirando al vacío. Ninguna lágrima, ningún dolor. -¡Nada!
Era como si hubiera muerto un extraño. “¿Por qué no sentía nada por la muerte del viejo?”
Como un torbellino de pensamientos confusos, avisó a la esposa, salió, abordó el autobús y se fue venciendo los silenciosos kilómetros de ruta, mientras su cabeza le giraba a mil.

En su interior, no quería ir al funeral, y si estaba en camino era solo para que su madre no estuviera más triste. Ella sabía que su padre y él, no se llevaban bien.
La relación con su padre había llegado al final el día que, después de una serie de acusaciones, José Roberto había decidido irse de allí.
Guardó su ropa en las maletas y partió prometiendo nunca más poner los pies en aquella casa.

Todo había sido ya solo, un empleo razonable, su casamiento, llamadas a la madre para Navidad, Año Nuevo o Pascua...
Se había desligado de la familia no pensaba en su padre y la última cosa en la vida que deseaba era ser parecido a él.

En el velorio: pocas personas.
La madre pálida, helada, llorona.
Cuando ella vio a su hijo, las lágrimas corrieron silenciosas.
Fue un abrazo de desesperado silencio.
Después –el hijo– observó el cuerpo sereno de su padre, envuelto por una manta de rosas rojas, como las que al padre le gustaba cultivar.



José Roberto no vertió una sola lágrima, su corazón no se lo permitía.
Era como estar delante de un desconocido, un extraño, un...

Se quedó en casa con la madre hasta la noche, la besó y le prometió que volvería trayendo a los nietos y a su esposa para que la conociera.
Ahora, podría volver a casa, porque aquel que no lo amaba, no estaba más para darle consejos inútiles, ni tampoco para criticarlo.
En el momento de la despedida la madre le colocó algo pequeño y rectangular en la mano:
“Hace mucho tiempo podrías haberlo recibido” –le dijo–.
“Pero, desafortunadamente solo después que él se fue lo encontré entre sus cosas más importantes”.

Fue un gesto mecánico, minutos después de comenzar su viaje de regreso, metió la mano en el bolsillo y sintió el regalo.
La luz mortecina del autobús, le mostró un pequeño cuaderno de tapa roja.


Lo abrió curioso.
Páginas amarillentas.
En la primera hoja, en la parte superior, reconoció la caligrafía firme de su padre:

“¡Nació hoy José Roberto!
¡Casi cuatro kilos! - ¡Es mi primer hijo, un muchachote!”
“¡Estoy orgulloso de ser el padre de aquel que será mi continuación en la Tierra!".
A medida que hojeaba, devorando cada anotación, sentía un dolor en la boca del estómago, una mezcla de angustia y perplejidad, pues las imágenes del pasado resurgieron firmes y atrevidas. ¡Como si acabaran de pasar!
"Hoy, mi hijo fue a la escuela”.
¡Es un hombrecito! - Cuando lo vi de uniforme, me emocioné. Y le deseé un futuro lleno de sabiduría.
La vida de él será diferente de la mía, ya que yo no pude estudiar por haber sido obligado a ayudar a mi padre.

“Para mi hijo deseo lo mejor”.- “No permitiré que la vida lo castigue"-.
Otra página...
"Roberto me pidió una bicicleta, mi salario no me alcanza, pero él se la merece, porque es estudioso y dedicado”.
“Pedí un préstamo que espero pagar con horas extras“.
José Roberto se mordió los labios. Recordaba su intolerancia y de las discusiones para tener la soñada bicicleta.
¡Si todos los amigos ricos tenían una!
¿Porqué yo no puedo tener una?

Continuó leyendo...
“Es duro para un padre castigar a un hijo, y se que el me podrá odiar por eso, pero debo educarlo para su propio bien”.

“Fue así como aprendí a ser un hombre honrado y esa es la única forma en que sé educarlo”.


José Roberto cerró los ojos y recordó la escena cuando por causa de una borrachera, hubiera ido a la cárcel aquella noche, si es que antes el padre no hubiera aparecido para impedirle ir al baile con los amigos que tuvieron el accidente.
Recordaba el auto retorcido y manchado de sangre, el cual se había estrellado contra un árbol.
Parecía oír las sirenas, el llanto de toda la ciudad, mientras trasladaban tristemente cuatro ataúdes hacia el cementerio.

Las páginas se sucedían con cortas, y largas anotaciones, llenas de respuestas que revelaban, en silencio y tristeza, que el padre lo había amado.
–El "viejo" escribía de madrugada.
Momento de soledad, en un grito de silencio, porque de esa manera era el, nadie le había enseñado a llorar y a dividir sus dolores.
Ante el mundo se había comportado duro para que no lo juzgaran ni débil ni cobarde.
Y, ahora José Roberto estaba teniendo la prueba de que, debajo de aquella fachada de fortaleza había un corazón enorme, tierno y lleno de amor.

La última página...
Aquel del día en que había partido:
"¿Dios, que hice mal para mi hijo me odie tanto?”

“¿Por qué soy considerado culpable, si no hice nada, sólo intentar transformarlo en un hombre de bien?”
"Dios mío, no permitas que esta injusticia me atormente para siempre”.
“Que un día el pueda comprender y perdonarme por no haber sabido ser el padre que él merecía tener”.
Después no había mas anotaciones y las hojas en blanco, daban la idea de que el padre había muerto en ese momento.
José Roberto cerró deprisa el cuaderno, el pecho le dolía. El corazón parecía haber crecido tanto, que luchaba para escapar por la boca.
No vio al autobús entrar en la terminal, se levantó desesperado y salió casi corriendo porque necesitaba aire puro para respirar.
“La aurora rompía el cielo y un día comenzaba”.
"¡Honren a su padre para que los días de su vejez sean tranquilos!"
Alguna vez había oído esa frase y jamás había reflexionado la profundidad que contenía.
En su egocéntrica ceguera de adolescente, jamás había intentado pensar en verdades más profundas.
Para él, los padres eran descartables y sin valor como los papeles que son tirados a la basura.
Aquellos días de poca reflexión, todo era juventud, salud, belleza, música, color, alegría, despreocupación, vanidad…

Ahora, el tiempo lo había envejecido, fatigado y también vuelto padre, aquel falso héroe.
De repente...
En el juego de la vida, él era el padre y posiblemente estaba cometiendo un error que su padre no cometió.
¿Cómo no había pensado en eso antes?
Seguramente por no tener tiempo, pues estaba muy ocupado con sus problemas, la lucha por la supervivencia, la sed de pasar fines de semana lejos de la ciudad, con ganas de profundizar en el silencio sin necesitar dialogar con sus hijos.
Jamás tuvo la idea de comprar un cuaderno de tapa roja para anotar una frase sobre sus herederos.
Jamás le había pasado por la cabeza escribir que sentía orgullo de aquellos que continúan su nombre.
¡Justamente él, que se consideraba el padre más completo de la Tierra!

La vergüenza casi lo tiró con una lección de humildad.
Quiso gritar, procurando agarrar al viejo, a su padre, para sacudirlo y abrazarlo, decirle lo que siempre hubiera querido escuchar, abrazarlo, quererlo, besarlo, pero... solo encontró el vacío.

Había una raquítica rosa roja en el jardín de su casa, cuando el sol apenas había terminado de nacer.
Entonces, José Roberto acaricio los pétalos y recordó la mano de su padre podando, y cuidando el rosal con amor.

¿Porqué nunca entendió todo esto antes?
Una lágrima le brotó como el rocío, entonces elevó sus ojos al cielo, tratando de encontrar una respuesta.
Logró solamente esbozar una ligera sonrisa, desahogándose en una confesión:
"¡Si Dios me mandara a elegir, juro que no quisiera haber tenido otro padre que no fueras tú, viejo!”
“¡Gracias por tanto amor, y perdóname por haber sido tan ciego!"


Tanto tiempo perdido, de cariño, complicidad, integración de la familia, y todo por inmadurez, falta de entender y reconocer que estaba equivocado.
Privé a mis hijos compartir con su abuelo y yo sufrí pensando que mi padre no me amaba.
Creo es el gran error de mi vida y hoy solo me queda aprender de ese error.
Esta es una historia de enseñanza y reflexión, tanto para padres e hijos, cuando tengan dudas o cualquier inquetud, optar siempre por el diálogo amable, cariñoso, franco y sincero, en donde no quepan dudas, y que el día de mañana los lleve a cometer errores irreparables y dolorosos.
A veces vemos lo que no es, porque nos cegamos en ver solo lo que queremos ver, y no nos damos el tiempo de comprobar o preguntar si las cosas son realmente como las vemos.
Siempre antes de tomar una decisión, hay que darse el tiempo necesario y agotar todos los recursos posibles para estar seguros que las decisiones son acertadas.